martes, 16 de agosto de 2016

Ficcionario: Nostureo

Dinesh y Tarakeshwari Rathod hicieron cumbre hace unos meses en la onanística práctica del postureo. En una rueda de Prensa organizada el 6 de junio en Katmandú aseguraron ser la primera pareja india que había coronado el Everest. Como si el punto más alto de la Tierra no fuera por temporadas una atascada autopista hacia el cielo, como si con tanta gente y el fresquito resultara complicado arrejuntarse allí arriba.

170 personas llegaron a la cima el 23 de mayo de 2010, el día más concurrido de su heroica historia; más de 70 de nacionalidad india lo habían conseguido esta misma temporada antes que ellos. Probablemente Dinesh y Tarakeshwari no buscaban tanto la soledad como un reconocimiento global de su menage a trois con la aventura.  Ya en años anteriores habían presumido del ascenso al pico más alto de Australia y de sus especiales habilidades en el skydiving. Parece que tienen otras. 

No contentos con haber demostrado maestría en la escalada, ahora aspiran a su pesar a un diploma en el manejo profesional del Photoshop.  Otros nueve montañeros denunciaron que, según sus vestimentas, el ángulo que forman las sombras y el tiempo que hacía el día de autos, 23 de mayo, es muy probable que tomaran sus fotos en el campo-base y las superpusieran sobre imágenes ajenas del techo del mundo. Ole, ole y ole.

Esta pareja de policías –porque también trabajan juntos- ha invertido el popular viaje que protagonizó un enanito de jardín en la película "Amelie". En la era de las redes sociales, los Rathod no  van a la montaña; es la montaña la que va a ellos. No dan la vuelta al mundo. Al contrario, el mundo debería girar en torno a esa relación capaz de superar cualquier obstáculo.  

Si, como parece, finalmente se quedan sin Everest, Dinesh y Tarakeshwari se habrán consagrado como profetas del nostureo: compartir fotos de lugares donde no hemos estado. Playas paradisiacas, atardeceres con mensaje y gintonics con bastante más vegetación que Los Monegros añaden un filtro socialmente admitido de interés a nuestras vidas. Pero apenas suponen una menudencia para los Rathod, que llegaron a recibir la felicitación  del jefe de Policía de Pune. "Habéis llevado a este departamento a nuevas alturas",  publicó henchido de orgullo en la página corporativa de Facebook. "O más bien a nuevas profundidades", ha puntualizado después un malévolo seguidor.  


A una letra, a una sola y minúscula letra se limita la casi imperceptible diferencia entre impostar e impostor, entre postureo y nostureo. A los Rathod, pese a todo, les redime su amor. Confesaron que, una vez conquistado el Everest, buscarán la felicidad personal de tener un hijo. Aguardamos las fotos con auténtica  y mal contenida ansiedad.  

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