martes, 27 de marzo de 2012

Las ciudades del corazón

Tabucchi se marchó el domingo. Su amigo Cardoso Pires había partido antes. También José Saramago. Y en el tranvía 28 un puñado de Pessoas, anónimos y fantasmales, recorren meditabundos cada tarde su penúltimo trayecto hacia el cementerio dos Prazeres. Romántico camposanto para una ciudad  mestiza, portuaria y espectral. Lisboa.

Recuerdo desconcertado aquel aeropuerto gris de fluorescentes amarillos, anclado en una periferia sin paisajes. El hotel de muebles funcionales, su desolado aparcamiento, la oscuridad de las callejuelas aquella primera noche que me asomé al Barrio Alto. Los taxis en aceleración perpetua, botando infatigables sobre adoquines inhóspitos. La primera vez.

domingo, 11 de marzo de 2012

Más por menos

“Sólo se puede salir de la crisis trabajando más y ganando menos”. La frase fue pronunciada en octubre de 2010 y se dirigía a los sindicatos. Esta misma semana, su autor, Gerardo Díaz-Ferrán, alejado por razones estéticas de la presidencia de la CEOE, ha declarado en la Audiencia Nacional como imputado por un delito de apropiación indebida de fondos de Viajes Marsans, una de las empresas que condujo a la quiebra. Y sin embargo su pensamiento se ha hecho doctrina para fortuna de su sucesor, Joan Rosell.

La reforma laboral seguramente era necesaria pero en absoluto es justa. Con 5,2 millones de parados y 10,7 millones de votos, a Rajoy le sobran avales para apostar. La parálisis no es una opción. Al recortar los derechos laborales en los contratos preexistentes, al facilitar la rebaja de sueldos y los despidos más baratos, el gobierno del PP ha señalado a los representantes de los trabajadores como corresponsables de los fracasos anteriores. Lo fueron, y también el ejecutivo socialista y por supuesto los empresarios, que sin embargo han salido reforzados de este golpe al pasado. ¿Y mañana? ¿Empleo futuro a cambio de precariedad? Demasiado lejos, todavía hay que salvar este presente de emergencias.