viernes, 20 de mayo de 2016

Estruendoso silencio en Croke Park


El silencio, el respeto, los símbolos. En febrero de 2007, la selección inglesa de rugby tuvo que disputar un partido del Seis Naciones en el estadio Croke Park de Dublín. El estadio donde juegan habitualmente los irlandeses, Landsdowne Road, se encontraba en obras y el choque se programó en el llamado “templo del fútbol gaélico”. Es también el templo del nacionalismo. En 1920 los soldados ingleses irrumpieron allí en medio de un partido y mataron a 14 personas, entre ellas un jugador, como venganza por el asesinato previo de una veintena de sus colaboradores. Fue el llamado 'primer domingo sangriento'.

Los irlandeses juraron entonces que ningún inglés volvería a pisar nunca ese estadio. El fútbol y el rugby desaparecieron durante décadas de su césped, eran los deportes del invasor. Hasta que llegó el Seis Naciones de 2007. 82.000 espectadores en medo de una enconada polémica política. Jugadores enlazados por los hombros, con el mentón apretado, esperando los himnos. Llegó el momento. Arrancó el “God save the Queen”, coreado por las 4.000 gargantas inglesas. Y el estadio, puesto en pie, respondió con un tenso silencio. Un emotivo, inolvidable, estruendoso silencio.