Jackie Chan está bien y trabajando en su próxima película. Así reza el escueto pero firme desmentido en la página oficial del actor en Facebook a la noticia sobre su repentino fallecimiento por un ataque al corazón. El bulo se ha propagado este martes hasta convertirse en #trendingtopic en Twitter y llenar de estupor, consternación y después alivio los más sorprendentes foros. Tampoco consta que el community manager de la estrella luchadora, encargado de velar por su reputación en Internet, se haya suicidado. Pero probablemente ha estado a punto.
Lo bueno de la vida virtual es que te permite resucitar sin daños aparentes; lo malo, que no puedes matar las mentiras. Hace unos años, una amiga periodista me llamó desde París, a minutos del cierre, para preguntarme si sabíamos algo de la supuesta muerte de Fidel Castro. Telefoneé a nuestro delegado en la sede central de CNN, en Atlanta. El rumor, me confirmó, estaba circulando. Y rebotaba y se multiplicaba por Google formando una cadena infinita con la credibilidad decreciente que todavía hoy podemos atribuirle. (Si alguien quiere hacer la prueba, no tiene más que escribir en el buscador: “Fidel Castro ha muerto”). Pero a día de hoy el dictador sigue vivito y, si no en plena forma, sí vestido de chán-dal.
Jackie Chan no solo está bien, probablemente –y esto lo añado yo- se encuentre hasta consciente y orientado. Tiene su mérito porque , según su sitio web, el hiperactivo actor continúa desplegando su energía inagotable. Hoy mismo –a pesar del fúnebre rumor- se ha entrevistado con el cónsul japonés en Hong-Kong para preparar un festival benéfico dedicado a las víctimas del tsunami. El representante nipón, rápido de reflejos, no le ha dado el pésame. Hubiera sido de mal gusto. Y quizá se hubiera llevado una patada voladora del (presunto) cadáver.
Chan no ha muerto y en España, para desgracia de Rubalcaba, ha revivido el caso Fai-chán. ¿Intentó el Gobierno impedir la detención de etarras para favorecer la negociación con la banda terrorista? Posiblemente, de acuerdo con la investigación judicial. ¿El fin justifica los medios? ¿Y en política? ¿Y en este caso concreto? No para el PP, porque ni ocupaba el ejecutivo ni se logró el fin de la violencia. Sí para el Gobierno, que estaba ya en el poder y espera conseguir ahora su objetivo. ¿Y en qué quedamos los demás? A falta de consenso más amplio, mejor seguir unidos acosando a los asesinos.
Y las que han descubierto este martes la buena vidorra han sido las futuras estrellas del zoo de Madrid. Po y De-de , tratados como reyes, han paseado por primera vez al aire libre. Larga vida a estos oseznos chinos, larga vida a Jackie, príncipe del kungfu-panda, y mucha tranquilidad: los Chan son capaces de morir, sin exagerar, una docena de veces. Y luego, como si tal cosa, resucitan y vuelta a terminar. Una existencia infernal.
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