miércoles, 13 de julio de 2011

Gallardón 2020

Sobrevivir y soñar. En estos valores se basa “Lloviendo piedras” (1993), una película de Ken Loach premiada en Cannes que describe cómo dos parados crónicos de Manchester, expulsados de la cobertura social, se enfangan en diversas  chapuzas para sacar adelante a sus familias. El drama acaba de dibujarse cuando uno de ellos, sin dinero y sin mayores perspectivas que ir tirando, se endeuda para comprar un traje de Comunión a su hija.

Las pesadillas del pasado. Hace dos años José Luis Rodríguez Zapatero y Alberto Ruiz-Gallardón se abrazaban decepcionados en Copenhague tras sufrir una tremenda sobredosis de realidad. Pese a las promesas y a las influencias, las costumbres olímpicas no cambian fácilmente: después de Londres 2012, los Juegos de 2016 saltaron de continente y viajarán a Río de Janeiro. Era el segundo fracaso consecutivo para Madrid. Pero permitió ganar tiempo y contener gastos. Este miércoles se ha anunciado que la capital competirá por organizar la cita de 2020. A la tercera se espera el desagravio.

Sobrevivir al presente. En la agenda de Zapatero ya no hay lugar para el ministerio de Deportes, el presidente pronto recogerá sus fotos con los héroes del Mundial de fútbol y abandonará los despachos ejecutivos. Después de mancharse las manos con los ajustes, la fecha de su despedida depende de la prima de riesgo y de los mismos dramas que personifican los protagonistas de Ken Loach: desempleo, contracción del consumo, estancamiento económico. Depresión.

Sobrevivir al presente. El alcalde de Madrid, recientemente reelegido, gobierna entre aburrido y agobiado por la altísima deuda municipal (6,4 miles de  millones de euros, la más alta de España) y unas tasas cada vez más impopulares. Al retomar las maletas se convierte hasta el 7 de septiembre de 2013 –fecha de la nueva decisión- en indiscutido embajador español en el extranjero. Una causa euforizante que percibe más acorde con su talla política.

Un político empeñado en sobrevivir unos meses,  otro que sueña en alto sin suscitar demasiado entusiasmo. Entre rescates y EREs, mejor no echar cuentas. ¿Pueden permitirse Madrid y España los Juegos Olímpicos de 2020?, ¿son una prioridad?, ¿quién y cómo van a financiarlos? Gallardón, por si acaso, se esconde tras la coartada de la austeridad: "de bajo coste", con "apoyo" de la iniciativa privada. Los beneficios intangibles. La rentabilidad –no dineraria-  de las grandes competiciones deportivas. La imagen. Un país en pleno esfuerzo, la mejor metáfora de la reactivación económica.

Los sueños del futuro. El alcalde, visionario, salta más allá de las perspectivas de un próximo cambio político alimentadas por el PP y anticipa tiempos, aún lejanos, de prosperidad. “Para entonces habremos superado la crisis”. Sabe que la idea de un regidor ausente y empeñado en gastos de representación puede perjudicarle. Pero, mirando a Maragall, cree que la conquista de la candidatura le impulsará por fin hacia competiciones más trascendentales.

¿Y los demás? Salvo excepciones (IU y UPyD), encantados de sumarse a la españolísima convicción de que lo importante es participar en cualquier fiesta. Hoy hasta el obrero de Ken Loach, sin subsidio desde el mes pasado, se imagina pavimentando la villa olímpica, contratado por una ETT, pagando a plazos un traje de Comunión para su hija. Con financiación privada o de bajo coste. ¿Soñar es gratis? ¡Qué importa! Si Gallardón puede (con nuestra deuda), todos podemos.

2 comentarios:

Lola dijo...

Dicen que todo Pueblo tiene la Deuda Faraónica que se merece.Ahora, el patético arrastrar de nuestro Faraón por esos Crepúsculos de los Dioses Olímpicos...sin un puto duro y sin palabras, nos deja..

Unknown dijo...

Gracias, Lola, por el comentario. Es evidente que este país está preocupado ahora mismo por problemas más serios. Eso no quiere decir que la apuesta de Gallardón sea mala,,,de hecho,si lo consigue, se olvidará todo... pero es evidente que el momento para dar a conocer la tercera candidatura parece inoportuno.