Se busca community manager

Nos siguen, nos rodean, nos agobian. En un país con casi el 20% de parados, los anuncios, verdaderos o falsos, demandando community managers se han disparado de manera desaforada. Todos los contratadores, absolutamente todos, quieren experiencia previa, lo que supone un imposible metafísico. Así que también hay trabajo –industria secundaria-  para falsificadores de perfiles y multiplicadores de amistades. Hacen falta gestores de reputación en las redes sociales. En islas lejanas, en los cruces de caminos entre el azar y el dinero y hasta en los circunspectos despachos del gobierno vasco. 

¿Para qué quiere Patxi López un community manager si él se maneja en Twitter? Porque lo ha entendido: hay que delegar, dosificarse y apagar los incendios. Pedro J. Ramírez elogió el miércoles por la noche el mismo artículo de Salvador Sostres que al día siguiente, después de la polémica en las redes, decidió retirar por machista. Luego afiló los pulgares, se encadenó al microblog y bombardeó a sus seguidores con una incontenible catarata de argumentos y reacciones a favor y en contra. Al final, ¿cuál era la noticia? Suscríbase a Orbyt.

Así es la red de moda. Capaz de salvar la vida al Cacaolat y de condenar a los eurodiputados caraduras que no quieren viajar en clase turista. Algunos parlamentarios intentaron justificar sus prebendas buscando un empate, “no entendimos la enmienda”, aun a costa de cuestionar sus entendederas. Otros intentaron explicar lo inexplicable y salieron trasquilados. Hay veces que, para que no te llamen mammunity, es mejor estar calladitos. Yo ya estoy desempolvando mis palabrejas de portugués -falo um bocadinho- porque José Socrates va a tener que contratar decenas de expertos en redes sociales para lavar la cara a los ajustes que seguirán al rescate.

Otra posibilidad es amarrarse al guión. Ahí tenemos a Elena Salgado, repitiendo idénticas declaraciones cada vez que entra o sale de una reunión europea. Bruselas, Budapest…“La economía española no necesita un rescate”. Espero que esta previsión no siga el mismo camino que la relativa al paro. El mejor community manager del gobierno es Rubalcaba. Por tierra, mar y aire. Igual defiende la honradez de Manuel Chaves que las bondades de la política económica. Siempre se guarda un silencio –sobre la sucesión-, una sonrisa y una frase gloriosa dedicada al PP. “España es un barco en medio de una fuerte tormenta, y mientras unos estamos en cubierta luchando, otros descansan en sus tumbonas”. Con esta pedagógica metáfora celebró hace unos meses su regreso al cargo de portavoz. Y de ahí para arriba. En términos de marketing, él comunica muy bien, tiene amplios contactos, buen retorno de información pero, lo siento, falla el producto.

Nadie es perfecto. Tampoco Rajoy, adalid de la estrategia frontón. Primero se hace el sordete, después se clava en el sitio. “No, no voy a cambiar a Camps”. Ni a los cuatro imputados que van con él en las listas. Ni siquiera a los suplantadores. Pues más vale que tenga suerte. Porque como el juez dicte la apertura del juicio oral antes de las elecciones generales, va a hacer falta una tropa, vaya tropa, de community managers para lavar la reputación del PP. Aunque seguro que la empresa de Correa presta esos servicios…y pagando sueldazos.