Outlet sobre la actualidad y la vida cotidiana. El título se debe a la historieta "Agosto de bajo coste"; la escribí al comienzo de la crisis, hace ya... Ahora da nombre a este taller al aire libre. Este mes (agosto 2016) estoy construyendo un diccionario de palabras inventadas. Bienvenidos.
Pasaba la
medianoche cuando,justo antes de
acostarme,copié apresuradamente la
agenda de contactos en el nuevo teléfono.Bostezando, busquéuno mientras me cepillaba los dientes. No cualquiera,
ese número. No lo encontré por el nombre, tampoco por chiquitina. ¿La habría
llamado Director General para disimular o estaría escondida bajo ese
enigmática asesora a la que no recordaba haber recurrido? Quizá nunca llegué
a guardarlo, quizá estuviera en una servilleta arrugada en el fondo de la
cartera, quizá era mejor desobedecer al deseo, seguir el consejo delazar y, después de un océano de ausencia y silencio,
desterrarla de todas las memorias.
Cerré el
grifo y me senté, con el pijama a medio poner, sobre la tapa del retrete.Cambié la tarjeta al terminal antiguo,
recuperé los números y los volqué, absurdamente alterado, en la memoria del smartphone
a estrenar.Duplicar el presente no sepultó
el pasado. Al contrario. Ahí estaba mi pareja actual, sin nombre pero con la correspondiente
AA, sus dos registros -teléfono y whatsapp-
repetidos.Y ahí estaba yo, semidesnudo
y desconcertado, convertido por la tecnología en el inesperado marido polígamo
de mi propia esposa.