Justo cuando España se ha convertido en un país más
pobre, Artur Mas insiste en que Cataluña ejerza ‘su’ derecho a decidir para ser
más ‘libre’. Una propuesta oportunista, difícil de plantear en tiempos de
prosperidad. Con un envoltorio engañoso, porque los no nacionalistas –y los no catalanes-
podemos reclamar idéntico derecho.
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Imagen compartida en Twitter por @govern |
Este relato consigue, sin embargo, sortear cualquier prueba
de veracidad. Al volar mecido por las ilusiones de independencia, se emancipa
del sentido común, se aleja de ese pegajoso terreno donde las realidades pedestres (la distribución territorial de la riqueza, el reparto social de los
recortes o las aportaciones del Estado central para aliviar el déficit catalán)
se someten a un proceso racional de contraste y verificación.