Seis razones por las que la web de rectificaciones del Ayuntamiento de Madrid aporta más ruido que transparencia.
La activación por el Ayuntamiento
de Madrid de una web llamada Versión Original para
rectificar las informaciones inexactas de los medios de comunicación no aparece
(por ahora) en la propia página de desmentidos. Desde el estreno, la página no
ha publicado nuevas enmiendas. ¿Será que de repente los periodistas hemos
empezado a hacer todo bien? Si fuera así, habrá sido un éxito. Pero no lo parece…
Después de que su activación fuera avanzada por EL MUNDO (y confirmada por
los hechos), el equipo de gobierno de Ahora Madrid ha intentado convertirla en
noticia. El mismo miércoles anunció su creación en una nota
de prensa , la defendió en sucesivas declaraciones
de la alcaldesa Manuela Carmena y trató
de explicarla a través de sus cuentas en
las redes sociales. Y de idéntica manera ha difundido su modificación tras las críticas y equívocos.
En el plano teórico, es difícil plantear objeciones de fondo sobre
la legitimidad de idea. Al Ayuntamiento de Madrid le asiste, como a cualquier
otra persona o institución, el democrático derecho a replicar o rectificar con
sus propios medios cualquier información que considere inexacta o infundada.
Nada impide tampoco criticar a los periodistas o a sus cabeceras; al contrario,
cabe reclamarles que realicen bien su trabajo.
Hace años que los medios de comunicación han
dejado de ser los únicos intermediarios en el acceso a la información. En
ese nuevo contexto, encaja en la lógica que las instituciones refuercen los
cauces propios y directos con los ciudadanos. Pero el hecho de que se trate de una iniciativa legítima no
significa que resulte acertada. Por diferentes razones:
-El nombre. Si bien ‘El Ayuntamiento desmiente’ no luce
demasiado sexy, tampoco parece lo más apropiado usar ‘versión’ para una web
basada, según su propia definición, ‘en datos contrastables y oficiales’. ¿O
quizá se trata efectivamente de una versión y no de la verdad?
-La trampa de la transparencia. Si el objetivo reside en asegurar
una información ‘completa, veraz y transparente’, ¿por qué no está abierta a
comentarios? Eso implicaría un registro, unas normas, una labor de moderación y
alguna polémica engorrosa, como sucede en los medios. Pero ¿hay alguna razón de
peso para que los ciudadanos no puedan expresar su versión, sus datos o su
verdad? ¿O es que los únicos datos válidos son los que facilita
el Ayuntamiento y no deben ser contrastados con otros? De alguna
manera, al mantenerse en un escalón más alto, el consistorio reproduce el mal
hábito que reprocha. ¿Información completa? Más bien reactiva. Porque si los
medios no abordan un tema, ¿se harán públicos los datos correspondientes?
-La participación interesada. Invitar a que los ciudadanos envíen
por correo electrónico informaciones que consideran erróneas no es la forma más
elegante de incentivar su implicación. ¿Y si un lector, o incluso un
periodista, desmiente con datos una declaración de un cargo público municipal?
¿Podremos leerlo en Versión Original?
-Una óptica distorsionada de la comunicación. Tal como está
concebida, Versión Original refleja un concepto sesgado del actual ecosistema
informativo. Una visión asentada sobre el prejuicio, cada vez más extendido, de
que los ciudadanos actúan de forma desinteresada y, sin embargo, los medios de
comunicación se comportan de forma sospechosa. ¿O acaso desmentirá también a
personas? ¿Y a asociaciones, colectivos, ONGs…?
-El ruido contraproducente. El Ayuntamiento de Madrid activó la
web de rectificaciones exactamente el mismo día que abría su Oficina de
Intermediación Hipotecaria, sin duda un avance en la propuesta estrella del
equipo de Manuela Carmena. El consistorio difundió ambos hechos en sus
canales, pero ¿qué tuvo mayor eco? ¿Fue una estrategia acertada? ¿Qué está marcando la agenda desde entonces?
-La escala de prioridades. Hace tan solo unas semanas, Mariano
Rajoy incurría en el victimismo al quejarse de que la insistencia de los
periodistas sobre la corrupción en el PP estaba tapando los datos de la
recuperación económica. Aunque el Ayuntamiento de Madrid actúa desde
planteamientos políticos opuestos, coincide en la preocupación por la esgrima
declarativa. ¿Son tan importantes los desmentidos que merecen una página al
margen de la existente, destinada a detallar precisamente la actividad
municipal? Si vamos al fondo de la cuestión, ¿qué considera Ahora Madrid más
importante: hacer, decir o desdecir?
Probablemente lo más positivo -y paradójico- de Versión Original
radica en que, sin ser un lugar para el debate, plantea un debate sobre los
errores y silencios de nuestro periodismo, aunque lo haga desde una
perspectiva distorsionada y no demasiado justa. Sorprende que Ahora Madrid, como
Podemos y otros movimientos ciudadanos similares, tiendan a destacar
reiteradamente los fallos de los grandes medios de comunicación e ignoren que
sus denuncias de abusos y corrupciones laten en la base del malestar social que
les ha impulsado hacia las instituciones.
Por supuesto que esta página representa una iniciativa legítima y hasta
se ha tomado la molestia de explicar que es barata. Pero ¿resulta relevante dentro de las funciones del Ayuntamiento de Madrid?
¿Qué pensaríamos si esta institución, o cualquier otra, lanzara una web dedicada exclusivamente a confirmar las informaciones certeras
de los medios? Pues eso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario